lunes, 21 de noviembre de 2011

Oblata es...

Oblata es estar dispuesta a ir detrás de ti Señor,
siguiendo tus huellas, paso a paso,
sobre todo aquellas que van camino al calvario,
huellas ensangrentadas de sufrimiento por amor.
Oblata es renunciar a sí misma, a egoísmos,
caprichos, vanaglorias, razones y todo aquello
que no me permite ser ofrenda agradable a Dios.
Oblata es cargar la propia cruz y seguir al Señor,
es reconocer las propias debilidades y flaquezas,
es saber levantarse con la gracia de Dios,
aún cuando el peso de la cruz sea fuerte.
Oblata es no pensar en sí misma,
sino en el amor y bienestar de los demás.
Oblata es quién sabe callar con dulzura y alegría
ante las contradicciones de la vida.
Oblata es quien busca unirse más y más
a Cristo en la cruz por amor.
Oblata, es algo que no buscamos,
no viene dado como don de Dios,
es un regalo muy preciado que vamos descubriendo
en la medida que desenvolvemos el papel,
en la medida que voy haciendo camino
de la mano de Jesús, María y mis hermanos.
Amén.

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