Oblata es estar dispuesta a ir detrás de ti Señor,
siguiendo tus huellas, paso a paso,
sobre todo aquellas que van camino al calvario,
huellas ensangrentadas de sufrimiento por amor.
Oblata es renunciar a sí misma, a egoísmos,
caprichos, vanaglorias, razones y todo aquello
que no me permite ser ofrenda agradable a Dios.
Oblata es cargar la propia cruz y seguir al Señor,
es reconocer las propias debilidades y flaquezas,
es saber levantarse con la gracia de Dios,
aún cuando el peso de la cruz sea fuerte.
Oblata es no pensar en sí misma,
sino en el amor y bienestar de los demás.
Oblata es quién sabe callar con dulzura y alegría
ante las contradicciones de la vida.
Oblata es quien busca unirse más y más
a Cristo en la cruz por amor.
Oblata, es algo que no buscamos,
no viene dado como don de Dios,
es un regalo muy preciado que vamos descubriendo
en la medida que desenvolvemos el papel,
en la medida que voy haciendo camino
de la mano de Jesús, María y mis hermanos.
Amén.
lunes, 21 de noviembre de 2011
martes, 8 de noviembre de 2011
Mujer consagrada a Dios
Si deseas ser una mujer consagrada a Dios, debes tener en cuenta lo siguiente:
Se necesita amar a Dios sobre todas las cosas.
Ser mujeres de oración
Ser alegres, muy alegres!!!! nada de tristeza
Ser trabajadoras
Amor por los más pobres y necesitados
Ser humildes y sencillas de Corazón
La vida en el convento nos invita a darlo todo por el Señor y nuestro prójimo sin esperar recompensa alguna, es un servicio desinteresado y libre, donde no se busca fama, ni prestigio, ni poder, sólo servir y amar. Ser mujeres valientes, decididas, arriesgadas, libres de sí mismas, radicales y dispuestas a hacer la Voluntad de Dios, viviendo los consejos Evangélicos de castidad, pobreza y obediencia.
Si sientes que Dios en tu corazón pone la inquietud por la vida consagrada, no dudes en responder a su llamado, no esperes más, que el tiempo pasa y la gracia también.
Cualquier pregunta con gusto te responderemos.
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